Joan Manuel Serrat confesaba el lunes en una entrevista que durante estos meses le costaba desconectarse porque, a veces, las voces eran tan agrias que ni cerrando las puertas podía evitar escucharlas. Lamentaba el cantautor la mezquindad de algunos y agradecía a quienes habían obrado con responsabilidad, añadiendo: «De los otros diré que no esperaba otra cosa».
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