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El “homo ludens”, el que juega, es anterior al “homo sapiens”, el que piensa, y al “homo faber”, el que trabaja. El juego es el origen de la inteligencia compartida. A este mundo se ha venido a jugar. De hecho todo es un juego, la guerra, la política, las finanzas, y tal es el desconcierto en la realidad de hoy que el fútbol es lo más coherente que se vive en el sistema.