Antículo de Natalia Junquera publicado en El País el 18 de agosto 2024
Extracto del artículo con las declaraciones de Baltasar Garzón.
“Partido (político) Judicial”
Garzón comparte las críticas al sistema de control. “En la élite judicial”, afirma, “especialmente en el Supremo, algunos representantes se han dado cuenta de que tienen en sus manos a quienes representan al Ejecutivo y al Legislativo, al estar aforados”. “Eso ha convertido al Poder Judicial en una suerte de Partido (político) Judicial que no respeta las reglas y mecanismos políticos, sino que los manipula usando el Código Penal”, sostiene.
“Los procesos son largos —añade— y se confunde la no intromisión en la función jurisdiccional con la mala praxis judicial que raya en la prevaricación, con la prospección y actuación coordinada con actores políticos y mediáticos. La tolerancia con los comportamientos de algún juez que instruye un caso que afecta a los aledaños del palacio de La Moncloa o aquel que ve mecanismos de inverosímiles espionajes en el procés ponen en evidencia que los controles disciplinarios se aplican o no en función del juez y del caso de que se trate. Eso lleva a que la desconfianza hacia la Justicia se extienda cada vez más”. Falta, a su juicio, “transparencia y control sobre las actividades colaterales de jueces y fiscales” y propone “modificar el sistema de participación en la justicia de partidos políticos y el de contrapesos y controles” y que intervenga, por ejemplo, un jurado en los juicios contra jueces. Sobre su propia condena, Garzón afirma: “Fui un aviso para navegantes. El juez que continuó el caso prorrogó la interceptación de las comunicaciones en prisión a los máximos responsables de Gürtel y nadie dijo lo más mínimo. El Comité de Derechos Humanos de la ONU estableció que mi condena fue ‘arbitraria e imprevisible’ y pidió a España que borre mis antecedentes penales proporcionándome ‘una compensación adecuada por el daño sufrido’. A día de hoy, sigo a la espera”.