Cuando empezó el año, no podíamos sospechar –ni ciudadanos en general ni políticos en particular– que íbamos a ver nuestro mundo patas arriba en poco más de tres meses y que deberíamos echar mano de grandes dosis de paciencia y adaptación para sobrevivir a la dura prueba que se avecinaba. No todos pudieron resistirla. Demasiados compatriotas y muchas personas más en todo el mundo no lo consiguieron…
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