Baltasar Garzón Real y Aitor Martínez Jiménez escriben una carta de despedida para Martín Almada
Este sábado 30 de marzo del presente 2024 hemos tenido conocimiento del fallecimiento del destacado defensor de los derechos humanos, Martín Almada. Nos deja un incansable luchador por la justicia que nunca cejó en su batalla por acabar con la impunidad de los peores crímenes que Latinoamérica haya conocido.
La lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos por las dictaduras de Latinoamérica le debe mucho a Martín Almada. Su perseverancia e inquebrantable dedicación le llevaron a descubrir en 1992 el conocido como Archivo del Terror, donde se encontraron valiosísimas pruebas para el procesamiento de múltiples perpetradores de crímenes de lesa humanidad en Paraguay, Argentina, Chile, Uruguay y otros países. Aquella imagen de Martín Almada, con su esposa María Stella Cáceres, y el juez José Agustín Fernández, derribando aquella puerta, son ya parte de la historia de dignificación de los derechos humanos de la que ha sido ejemplo hasta el final. Su hallazgo, fruto de su compromiso y esfuerzo por administrar justicia en Latinoamérica, fue reconocido con el Premio Nobel Alternativo de la Paz en 2002.
Durante años Martín Almada fue pieza clave en los procesos de enjuiciamiento de crímenes de lesa humanidad de múltiples países de Latinoamérica, coadyuvando en la mayoría de las causas que se abrieron en países latinoamericanos para el rendimiento de cuentas de los crímenes perpetrados en el marco de la conocida como Operación Cóndor. De igual forma, sus descubrimientos también fueron clave en las acciones de lucha contra la impunidad desplegadas extraterritorialmente por la Audiencia Nacional española, desde donde se lograron órdenes internacionales de detención contra múltiples responsables, e incluso, la detención del general chileno Augusto Pinochet. Sin su labor, dedicación y compromiso, estos históricos procesos de justicia no se habrían podido materializar.
Y ese espíritu de lucha le ha acompañado toda la vida. Hasta hace bien poco Martín Almada continuaba enarbolando acciones judiciales contra responsables de la comisión de crímenes de lesa humanidad, en Paraguay, pero también en otros países de la región.
Es una obligación para todos los que defendemos los derechos humanos reconocer, hoy y siempre, a una persona cuyo nombre estará siempre vinculado a los procesos de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición en Latinoamérica. Una persona que siempre nos animó a continuar en el combate permanente por los derechos humanos y nunca se doblegó ante los poderosos.
Descansa en paz, Martín.