Lo ocurrido en Madrid a cuenta de la gestión sanitaria y los rifirrafes políticos entre el Gobierno autonómico y el central ha sido esperpéntico e incomprensible. Seis meses después de que se declarase la pandemia y con cerca de 32.000 muertos a nuestras espaldas, es imposible explicar a los ciudadanos por qué los políticos no son capaces de llegar a un acuerdo, pero todavía es peor justificar el bochornoso espectáculo al que hemos asistido.
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