Para evitar la corrupción y eliminar la impunidad el sistema más eficaz, quizás el único, consiste en frenar la primera y más grave de todas las injusticias, la ruptura del Estado de Derecho, es decir, la apropiación del Estado y sus instituciones por parte de un grupo de personas que se sienten superiores a sus semejantes y por ende se creen con el derecho a imponerles sus ideas y convicciones, a sangre y fuego si es necesario, “por la razón o la fuerza” como reza el escudo chileno, aunque eso signifique la detención ilegal, el secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición de quienes consideran “enemigos internos” que hay que redimir y cuando no, eliminar….
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